Relajarse para rendir más.  Parece una utopía y un lujo que no puedes permitirte. Seguro que en más de una ocasión has pensado que no tienes tiempo para esas tonterías. Pues nada más lejos de la realidad. Aunque  en época de exámenes parezca que no tienes un minuto libre, tomarse un respiro ayuda a mejorar el rendimiento. El estrés y el nerviosismo afectan negativamente a tu vida académica y personal y queremos ayudarte a combatirlo.

Nosotros mismos nos boicoteamos en relación a aprender a relajarnos, especialmente culpando a la falta de tiempo. Relajarse para rendir más y mejor no requiere horas de meditación, puede conseguirse con unos sencillos trucos. ¿Te animas a intentarlo?

Trucos sencillos pero efectivos

Te proponemos ejercicios sencillos que puedes incluir en tu rutina diaria y que, con el  tiempo, realizarás sin darte cuenta. Actividades cortas que te ayudarán a mejorar tu capacidad de concentración y reducir los niveles de estrés. Uno de los principales ejercicios es controlar la respiración. Antes de enfrentarte a los libros párate un momento y respira profundamente. Repítelo varias veces manteniendo el aire más de lo habitual y siendo consciente de ello. Te ayudará a despejar la mente e iniciar el momento de estudio con más energía y concentración.

Cuando sientas que la situación puede contigo es necesario parar para poder continuar. Túmbate en la cama y cierra los ojos. Intenta relajarte de verdad y no sigas pensando en los ejercicios que te quedan por terminar o los temas pendientes. Simplemente relájate. Puedes poner música tranquila, clásica, y pensar en situaciones alegres y positivas durante unos minutos. Seguro que al principio la impaciencia por continuar no te dejará que sean más de unos minutos pero poco a poco aumentarás el tiempo y la concentración. La meditación, de la que encontrarás numerosas formas y técnicas el la red, es una gran manera de relajarse para rendir más.

Dar un paseo también es una de las mejores formas de reducir el estrés en estos casos. Si, sabemos que cuando estás inmerso en el nerviosismo del estudio el reloj te dirá que no hay tregua para un paseo. Pero no te engañes, si la hay. No queremos que hagas una sesión de senderismo pero un paseo de 15 o 20 minutos te ayudará a estirar las piernas y a que el cerebro se distraiga con otra actividad y vuelva al estudio con más energía. También puedes practicar otros deportes o estiramientos, además de yoga, pilates o similares.  Cualquier actividad física es positiva y segregará endorfinas que te harán estar mucho más receptivo ante el momento de estudio.

Aunque estés tentado a dormir menos o comer de mala manera no descuides los buenos hábitos. El descanso y la alimentación pueden ayudarte a relajarte para rendir más. Algunos alimentos son beneficiosos para la concentración y la memoria, además de ayudar a combatir el estrés. Un buen descanso por su parte te ayudará a tener más energía y asimilar los conceptos a largo plazo. A veces media hora más de sueño merece la pena para asimilar los conceptos mejor y más rápido.

Las prisas no siempre son buenas consejeras así que respira hondo y relájate, planifica tu trabajo y las tareas pendientes. Y si necesitas ayuda No Hagas Nada te ofrece apoyo académico para que puedas decir adiós al estrés.