Redactar trabajos es algo que tendrás que hacer muchas veces durante tu vida de estudiante, ya seas de ciencias o de letras. A veces enfrentarnos a trabajos que requieren mucha redacción no es tarea fácil. No tenemos la fórmula mágica para que seas un gran escritor pero sí algunos trucos para mejorar. Toma papel y lápiz y comienza a practicar.
Piensa antes de escribir
Seguro que más de una vez mientras estabas realizando un trabajo de redacción has entrado en el llamado bloqueo de la página en blanco. Antes de empezar a escribir conviene hacer un esquema de las ideas principales que queremos plasmar en el texto. Con este consejo evitarás repetir conceptos y el documento quedará con una lectura más fluida, tus profesores te lo agradecerán.
Tampoco es conveniente que repitas palabras durante el texto. Sabemos que según la temática del trabajo lograrlo a veces no es tarea fácil pero inténtalo. En la red hay numerosas herramientas para la búsqueda de sinónimos, que no te de pereza utilizarlas ya que pueden ayudarte mucho. Al principio seguro que consultas muchas palabras pero a medida que redactes el vocabulario fluirá mejor.
Ortografía y puntuación
Nuestra recomendación es que siempre tiendas a redactar con frases cortas. Una expresión muy larga seguramente te lleve a repeticiones o a cometer faltas ortográficas o gramaticales. Apuesta oraciones sencillas que sen cómodas de leer y expresen claramente lo que quieres decir.
Ni que decir de la ortografía. Redactar cualquier texto es en muchos casos una carta de presentación de nosotros mismos. ¿Qué imagen damos si existen faltas ortográficas o gramaticales? No muy buena. Por suerte los procesadores de texto incorporan correctores ortográficos pero no te olvides de usarlos. Revisa el texto cada cierto tiempo por si a ti o al corrector se os ha escapado algún error y si tienes dudas en una palabra mejor no la utilices. No tientes a la suerte!
Cuidado con las concordancias
Especialmente cuando se trata de redactar textos o trabajos extensos es fácil caer en errores de concordancia. Si utilizas frases cortas, sin grandes enumeraciones, te resultará más sencillo hacer coincidir género y número. Además es importante tener en cuenta al principio de la redacción la persona que vamos a utilizar a la hora de redactar. Puedes plantear el trabajo hablando en primera persona del singular, en tercera o incluso en plural: el objetivo de mi trabajo, las conclusiones de nuestro trabajo, el presente documento pretende… Utiliza la opción que más te convenga pero sobre todo no te olvides de mantenerla a lo largo de todo el documento.
Menos es más
Los textos cargados o enrevesados resultan incomprensibles y dan mala sensación respecto al contenido. Nuestro consejo, olvídate de largas descripciones y abuso de adjetivos o adverbios. Intenta buscar un único adjetivo que describa lo mejor posible aquello que quieres contar. Tampoco abuses de adverbios o muletillas, darás la sensación de ser repetitivo y no tener nada clara la idea de lo que estás contando.
Lee, relee y déjalo leer
Si pretendes redactar un trabajo o documento a la primera olvídate. Para que el resultado sea el adecuado tienes que leer lo que escribes, hacer correcciones y volver a leer. La mayoría de las veces una segunda lectura nos permite ver errores y poder mejorar el texto. Cuando lo termines es bueno que lo leas en voz alta. Al estar tan inmersos en la escritura corremos el riesgo de no ver ciertos fallos, especialmente relacionados con la puntuación o el sentido de las frases. Pídele a alguien que lo lea también para asegurarte que todo se entienda bien. No tengas miedo a que otros te den su opinión, ¡puede ser muy positivo!
Nuestro último consejo es básico: lectura y práctica. Así que manos a la obra y si necesitas ayuda el equipo de expertos de NHN está a tu disposición. A escribir se ha dicho!