
El mindfulness se ha convertido en la palabra de moda. Esta técnica de relajación y meditación está presente en muchos aspectos de la sociedad actual y queremos proponerte como usarla para estudiar. Enfrentarse a los exámenes supone momentos de ansiedad y nerviosismo que puede afectar al rendimiento y la concentración. El mindfulnes puede ser la clave para controlar ese estrés y aumentar tu productividad en el estudio. En No Hagas Nada queremos contarte como aprovechar la meditación y el pensamiento consciente en tu vida diaria, y especialmente estudiando.
Parece que todo el mundo habla últimamente del mindfulness y sus beneficios, pero, ¿en qué consiste exactamente? Es difícil establecer una definición como tal del concepto pero habitualmente se traduce como atención plena. ¿Y eso como se consigue eso? Requiere práctica pero merece la pena, te lo aseguramos.
Ejercicios para una atención plena
Vivimos en un mundo globalizado, lleno de estímulos y aparatos electrónicos utilizados para cualquier tarea. Aunque todo ello en ocasiones nos facilita la vida, también es necesario a veces bajar el ritmo y liberar la mente. Exámenes, trabajos académicos, el estrés de no saber por donde empezar el TFG, son algunas de las presiones que sienten los alumnos.
Cuando eres estudiante te enfrentas a duras épocas de exámenes y es complicado mantener un grado alto de concentración. Además de distraerte con frecuencia seguro que asoman multitud de frases negativas. El mindfulness pretender ser consciente y aceptar lo que nos rodea y liberar el cerebro de pensamientos inútiles. Esta técnica de relajación requiere práctica pero existen ejercicios muy sencillos que pueden ayudarte.
- La respiración es uno de los puntos que la meditación ayuda a controlar. Cuando estamos estresados respiramos de forma muy superficial y eso impide calmarnos. Si notas que estás nervioso o los pensamientos negativos te acechan se consciente de tu respiración. Inspira despacio, dándote cuenta de como entra el aire por la nariz y llega a los pulmones, y exhala prestando atención al aire que sale. Cuenta las veces que lo realizas y poco a poco respirar será lo que capte tu interés y estarás listo para concentrarte de nuevo.
- Presta atención a las acciones cotidianas. Durante el día realizamos muchos actos rutinarios como lavarnos los dientes, mirarnos al espejo, levantarnos, vestirnos. Normalmente apenas prestamos atención a estas acciones o al tiempo que nos llevan. Desde el mindfulness se recomiendan ser conscientes de ellas, por pequeñas que sean. Finalmente le dedicas gran parte de tu tiempo a estos momentos, vívelos!!
- Un cuerpo sano también influye en una mente sana y despierta. Por ello una de las claves del mindfulness es el escaneo corporal. Tranquilo, no consiste en nada complicado. Simplemente se requiere ser consciente de las sensaciones de nuestro cuerpo. Por ejemplo cuando estás en la ducha cierra los ojos. Nota como va cayendo el agua desde la cabeza hasta los pies y se consciente de la temperatura del agua en la piel. De esta forma logramos activar la atención a los pequeños detalles y sensaciones, además de relajarnos.
- Desconecta de lo digital. Sabemos que es difícil y que la tecnología nos ayuda mucho pero inténtalo. Cada vez son más las personas que vuelven a disfrutar de la escritura en papel o del dibujo como forma de relajarse. Prueba a escribir aquello que te pasa por la mente, garabatea o haz listas de lo que te preocupa o tienes pendiente. Plasmarlo por escrito te ayuda sacarlo de tu mente y dejar que se concentre mejor en otras cosas.
Con estas pequeñas rutinas podrás relajarte y ser más consciente, aumentando la productividad y la concentración en el estudio. Descubre el mundo del mindfulness y comienza a sentir la atención plena!!